Segunda NDC de Ecuador – Evaluación Regional 2025
Este análisis forma parte de la campaña Nuestro Desafío Común: NDCs, que evalúa la calidad, ambición e inclusión de los nuevos compromisos climáticos en América Latina y el Caribe.
A continuación, te presentamos los resultados para Ecuador, país evaluado en base a cinco ejes clave y la incorporación de elementos críticos definidos por el Global Stocktake.


CALIFICACIÓN: INSUFICIENTE
La SegunDa NDC de Ecuador presenta deficiencias estructurales en materia de mitigación, lo que justifica una calificación insuficiente en este componente.
“La República del Ecuador se compromete en el 2035 a alcanzar una reducción de emisiones de GEI del 8 % (aproximadamente 8.694 kt CO2-eq) en su escenario incondicional al final del periodo. Bajo el escenario condicional se plantea una reducción adicional del 12% (aproximadamente 13103 kt CO2-eq).” NDC, Ecuador, 2024.
La NDC carece de una hoja de ruta hacia la carbono neutralidad en 2050 y no ofrece proyecciones ni escenarios intermedios que permitan evaluar la consistencia de su ambición a largo plazo. Tampoco incluye metas sectoriales suficientemente robustas que muestren una transformación real del modelo de desarrollo actual.
Además, Ecuador no hace referencia a compromisos clave establecidos en el Balance Mundial (Global Stocktake), como la triplicación de las energías renovables, la publicación de una estrategia energética clara, la transición fuera de los combustibles fósiles o la eliminación progresiva de los subsidios ineficientes a estos. Aunque se mencionan esfuerzos por promover eficiencia energética y energías renovables, estos no se vinculan con objetivos concretos ni con marcos internacionales de ambición climática.
En resumen, la NDC de Ecuador continúa lejos de reflejar un compromiso real con la mitigación profunda y transformadora que exige la crisis climática. La ausencia de metas ambiciosas, medidas estructurales y coherencia con el marco global limita seriamente la contribución del país a los esfuerzos internacionales por evitar un colapso climático.
CALIFICACIÓN: ACEPTABLE
La Segunda NDC de Ecuador incorpora elementos que permiten calificar su proceso participativo como aceptable, aunque todavía hay importantes áreas de mejora. El documento reconoce haber llevado a cabo un proceso participativo intersectorial y multinivel, incluyendo a actores diversos del sector público, la academia y la sociedad civil.
Uno de los aspectos positivos es la existencia formal de este proceso y su reconocimiento dentro del texto de la NDC. Sin embargo, persisten debilidades que limitan su calidad y profundidad: no hay evidencia clara de que se haya garantizado el acceso a información comprensible y accesible a todos los sectores de la población; tampoco se especifica cómo se incorporaron las observaciones recibidas, ni si estas tuvieron un impacto real sobre el contenido final. Además, no se detallan mecanismos diferenciados para incluir a actores en condiciones de vulnerabilidad, como pueblos indígenas y comunidades rurales con baja conectividad.
En términos de los cinco atributos clave evaluados —apertura, acceso a la información, mecanismos de incidencia, devolución de resultados y tiempo adecuado—, Ecuador cumple de forma parcial. Aunque el proceso existió y fue multisectorial, no logró garantizar una participación sustantiva ni plenamente inclusiva.
La calificación “aceptable” refleja este balance: se reconoce el esfuerzo institucional por incluir la participación, pero también la necesidad urgente de fortalecerla en futuras actualizaciones, para garantizar que sea realmente representativa, vinculante y justa.
CALIFICACIÓN: ACEPTABLE
La Segunda NDC de Ecuador muestra avances relevantes en materia de adaptación, lo que le permite alcanzar una calificación aceptable en este componente. Se identifican sectores prioritarios —como salud, agua, agricultura, biodiversidad, asentamientos humanos y pesca— y se reconoce la vulnerabilidad diferenciada de poblaciones como pueblos indígenas, mujeres rurales y comunidades afroecuatorianas.
Asimismo, se mencionan sistemas de seguimiento como el Registro Nacional de Cambio Climático y el SPRACC, y se está construyendo un sistema nacional de monitoreo y evaluación con indicadores de adaptación para sectores clave. Entre los indicadores relacionados con medios de implementación se incluyen: financiamiento climático movilizado, acceso a tecnologías, capacitación de funcionarios y participación social.
No obstante, el desarrollo técnico aún presenta vacíos. Aunque se reconocen necesidades de financiamiento y se estiman costos diferenciados para adaptación, los indicadores no están completamente definidos ni operativos. Además, no se menciona explícitamente el Marco Mundial de Biodiversidad (GBF) ni se establece un compromiso concreto para detener la pérdida de bosques al 2030, a pesar de que Ecuador es uno de los países más biodiversos del planeta y firmante de la Declaración de Glasgow.
En suma, la NDC de Ecuador avanza en el diseño institucional y sectorial de la adaptación, pero aún requiere fortalecer sus compromisos, territorializar las medidas y conectar su ambición con los marcos globales relevantes.
CALIFICACIÓN: ADECUADA
La Segunda NDC de Ecuador incorpora la transición justa como uno de sus principios transversales, junto con la equidad, el empoderamiento, la inclusión, el desarrollo sostenible y la intergeneracionalidad. Esta mención explícita y su integración como enfoque orientador del documento justifican una calificación adecuada en este componente.
Aunque aún no existe una hoja de ruta sectorial o un plan de implementación concreto, el reconocimiento de la transición justa como principio orientador representa un paso importante en la construcción de una política climática más integral. Además, se relaciona con otras dimensiones de justicia como la inclusión social, la participación y la protección de grupos históricamente vulnerados.
No obstante, el reto sigue siendo avanzar de la declaración al diseño de medidas específicas en sectores clave como energía, minería, agroindustria y empleo. La transición justa debería estar territorializada, incluir mecanismos de protección social y laboral, y considerar las condiciones particulares de las comunidades más afectadas por la transición ecológica.
En resumen, Ecuador ha dado un primer paso relevante al incluir la transición justa de manera explícita en su NDC. El desafío ahora es operativizarla con políticas públicas concretas, con enfoque intersectorial y con mecanismos claros de rendición de cuentas.
CALIFICACIÓN: ADECUADO
La Segunda NDC de Ecuador reconoce de forma explícita la importancia del financiamiento para el cumplimiento de sus compromisos climáticos, tanto en mitigación como en adaptación. El documento incluye una estimación general de costos para las acciones propuestas, diferenciando entre componentes condicionales (que requieren apoyo internacional) e incondicionales (cubiertos con recursos nacionales). Esto representa un avance respecto a la primera NDC y justifica una calificación adecuada en este componente.
El costeo, aunque aún parcial y perfectible, cubre áreas clave como energía, agricultura, residuos, uso del suelo y sectores prioritarios de adaptación. Esta planificación presupuestaria, aunque preliminar, permite al país proyectar necesidades y orientar de forma más estratégica la búsqueda de recursos externos.
La NDC también reconoce los límites fiscales del país y la necesidad de acceder a cooperación internacional, tanto financiera como técnica. Se menciona la intención de movilizar recursos a través de mecanismos como el Fondo Verde para el Clima, REDD+ y esquemas de pago por resultados. Sin embargo, no queda claro cómo se articularán estos mecanismos con una estrategia nacional de financiamiento climático de largo plazo.
Aunque Ecuador ha logrado concretar iniciativas destacadas como la conversión de deuda por naturaleza para la conservación de la Amazonía, este tipo de acuerdos deben ser acompañados por políticas públicas robustas y sostenidas que garanticen el impacto efectivo en los territorios. Además, depender exclusivamente del financiamiento internacional para alcanzar metas clave, como la reducción de la deforestación, puede debilitar el carácter obligatorio de la acción climática como política de Estado.
En síntesis, Ecuador ha dado pasos importantes para integrar el financiamiento en su planificación climática, pero aún debe fortalecer la transparencia, el detalle sectorial y la autonomía financiera en su NDC.
CALIFICACIÓN: ACEPTABLE
A diferencia de lo que inicialmente se había considerado como una ausencia total de elementos críticos, el análisis actualizado muestra que la Segunda NDC de Ecuador incorpora de manera parcial o completa la mayoría de ellos, por lo que su calificación se ajusta a aceptable.
De los ocho elementos sustantivos clave evaluados —como transición energética, pérdidas y daños, reducción absoluta de GEI, indicadores de adaptación, transferencia de tecnología, transición en el sector LULUCF, protección de ecosistemas y costeo de acciones— la NDC incluye plenamente tres (transición energética, indicadores de adaptación y protección de ecosistemas), aborda cuatro de manera parcial, y omite uno (reducción de GEI en términos absolutos). Este balance sugiere una incorporación sustantiva de 4 a 6 elementos, lo que según la metodología regional corresponde a una calificación aceptable.
Por otro lado, en cuanto a elementos discursivos relevantes como la justicia climática, el enfoque de género, la mención al Balance Mundial, y la sinergia entre clima y biodiversidad, el documento también presenta avances, aunque en varios casos el desarrollo es superficial o carece de hoja de ruta para su implementación.
Si bien el enfoque general de la NDC demuestra un esfuerzo por integrar los elementos fundamentales para una acción climática coherente y alineada con el Acuerdo de París, aún persisten vacíos en la profundidad, territorialización y operativización de varios de estos componentes, lo que deja espacio para mejorar en la siguiente actualización.
Respecto a los elementos discursivos, la NDC menciona enfoques transversales de género, interculturalidad e intergeneracionalidad, y hace referencia al principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas (CBDR-RC). No obstante, no se identifican menciones explícitas al Balance Mundial (Global Stocktake), al cambio del sistema financiero, a la deuda y el espacio fiscal, a las sinergias entre clima y biodiversidad, a la transición energética justa ni a una narrativa alineada con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5°C.