Sofia Luna Quispe, tiene 20 años, es Quechua y es de Perú. Actualmente estudia Antropología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Busca especializarse en temas de pueblos indígenas, adaptación e innovación en agricultura.
Sofia Luna Quispe es finalista de Operación COP y esta es su historia.
¿CUÉNTANOS UN POCO QUIÉN ES SOFÍA LUNA QUISPE?
Soy originaria de las provincias de Anta y Acomayo en Cusco, y mi historia es un reflejo de las raíces profundas que se entrelazan con la tierra y la cultura de los pueblos indígenas de los Andes. Desde hace cuatro años, he dedicado mi vida a liderar iniciativas de acción climática que impactan a nivel local, nacional e internacional.
Como Directora de Relaciones Públicas en Ollas Sostenibles (OS), he tenido el privilegio de ser parte de un movimiento que está transformando sistemas alimentarios en comunidades periféricas de Lima, llevando esperanza y sostenibilidad a aquellos que más lo necesitan.
En Ollas Sostenibles, hemos fusionado la ciencia, la tecnología y el invaluable conocimiento indígena-local para empoderar a las comunidades, facilitando su acceso a alimentos nutritivos, agua potable y energía renovable. Este enfoque innovador no solo fomenta la resiliencia ante el cambio climático, sino que también promueve la autosuficiencia alimentaria, crucial en un mundo donde la seguridad alimentaria es cada vez más precaria. Nuestro trabajo ha sido reconocido por instituciones prestigiosas como MIT Solve, lo que valida el impacto significativo que estamos logrando.
Mi compromiso con la acción climática no se detiene en el ámbito local. He tenido la oportunidad de coordinar procesos participativos a nivel internacional, como el Mock Education Ministers Summit 2023 de Mock COP. Allí, más de 220 jóvenes de 89 países nos unimos para desarrollar una declaratoria juvenil que destaca la necesidad de una educación climática de calidad. Esta declaración fue presentada en la COP 27, un hito que demuestra que la voz de la juventud es esencial en la lucha contra el cambio climático.
¿CÓMO NACIÓ TU INTERÉS POR LOS TEMAS AMBIENTALES Y CLIMÁTICOS?
Vengo de una familia de campesinos y agricultores que me inculcaron un amor por la biodiversidad y la agricultura desde una edad temprana. Mi adolescencia estuvo marcada por el activismo climático, inspirado por los movimientos en mi comunidad que luchaban por el acceso a servicios básicos en barrios migrantes y periféricos de Lima, especialmente la energía sostenible.
Hoy, me levanto con la convicción de que un futuro sostenible es posible. A través de la acción colectiva, el empoderamiento comunitario y el respeto por nuestras tradiciones indígenas, podemos construir un mundo donde todos tengan acceso a lo que necesitan para prosperar. Es un llamado a la acción: juntos, podemos ser los arquitectos de un futuro más brillante y equitativo, donde la sostenibilidad y la justicia climática sean la norma.
¿QUÉ MENSAJE TIENES PARA LOS LÍDERES POLÍTICOS Y EMPRESARIALES?
Se requiere la máxima cooperación y voluntad entre todos los sectores para lograr cumplir nuestras metas climáticas y enfrentar adecuadamente la emergencia ambiental. Cualquiera que sea el rubro de trabajo en el que nos encontremos, podemos relacionarnos con los temas climáticos y ambientales, permitiéndonos accionar desde nuestras posiciones.
Estos acercamientos deben realizarse desde la empatía y el entendimiento, pero también con una mirada crítica que sitúe en el centro los principios de justicia y equidad. Solo así podrá fluir nuestra colaboración en la base de una sociedad que busca sanar y reconstruir sus estructuras, orientándose hacia modelos más justos, inclusivos y sostenibles para todos y todas.
¿CÓMO IMAGINAS TU PAPAEL EN LA COP 29 Y QUÉ TEMAS TE APASIONA MÁS DEFENDER?
Estoy muy emocionada por participar en la COP 29 como parte de la Delegación Nacional de Perú, donde seguiré de cerca temas relacionados con género y clima, pérdidas y daños, y cuestiones de pueblos indígenas. Mi objetivo es contribuir a la meta del país de aumentar la ambición de nuestros compromisos climáticos en los diversos tracks de negociación.
Espero poder abogar por la inclusión significativa de las mujeres indígenas en los planes de género y cambio climático, enfatizando el impacto diferenciado que enfrentan en sus territorios. Además, quiero resaltar la necesidad de prestar atención a las pérdidas y daños no económicos que sufren las comunidades forzadas a dejar sus territorios debido a desastres climáticos o condiciones extremas. Estas situaciones ponen en grave riesgo nuestras formas de vida y culturas.
En la misma línea, quiero hacer énfasis en la importancia de invertir en soluciones basadas en el conocimiento ancestral indígena y local, lideradas por los propios pueblos, para contribuir a la adaptación al cambio climático.
¿DE QUÉ MANERA LA PARTICIPACIÓN JUVENIL EN AMÉRICA LATINA PUEDE IMPACTAR EN ALS NEGOCIACIONES CLIMÁTICAS GLOBALES?
La participación de voces juveniles de América Latina es fundamental para enriquecer y diversificar las negociaciones climáticas globales. Nuestra región no solo enfrenta de manera directa los impactos del cambio climático, sino que también posee un profundo conocimiento ancestral y local que puede aportar soluciones innovadoras y sostenibles.
Las juventudes indígenas de Latinoamérica estamos más conectadas con nuestras raíces y entornos, sosteniendo una visión integral del desarrollo que combina justicia social con la protección de los derechos ambientales y derechos humanos. Al participar en estos espacios globales, llevamos consigo la esperanza y luchas de nuestras comunidades, exigiendo acciones concretas y ambiciosas que se alineen con la urgencia de la crisis climática.
Queremos que las políticas no solo beneficien a las economías del norte global, sino que prioricen las necesidades de las personas que enfrentan la mayor vulnerabilidad climática. Las soluciones que no tengan en cuenta las realidades de quienes están en la primera línea de esta crisis están incompletas.
Es hora de que las voces jóvenes de América Latina, desde su diversidad, no solo se escuchen, sino que se integren plenamente en la toma de decisiones para lograr un futuro sostenible y justo.
¿CÓMO HA INFLUIDO TU CONTEXTO SOCIOCULTURAL EN TU PERSPECTIVA SOBRE LOS TEMAS AMBIENTALES?
Mi identidad quechua y los conocimientos ancestrales heredados de mi familia han cultivado en mí un profundo sentido de responsabilidad para aprovechar las oportunidades educativas que he recibido, gracias al sacrificio de mis padres y abuelos. Mi compromiso es dar voz a nuestros pueblos en discusiones sobre soluciones y nuestro futuro común, de las cuales a menudo somos excluidos.
Como joven de un barrio popular en Lima, he sido testigo de la realidad de quienes dejan el campo en busca de mejores oportunidades en la ciudad, enfrentando racismo, pobreza hídrica, energética y falta de acceso a recursos básicos, lo cual perpetúa su vulnerabilidad.
Es esencial que las voces de las comunidades indígenas y populares se incluyan en las decisiones ambientales. Esto no es un favor, sino una reparación histórica que se debe a nuestros pueblos. A través de mi trabajo, me esfuerzo en recordar a los líderes que el futuro debe construirse con justicia social y ambiental, sin dejar a nadie atrás.
¿CÓMO IMAGINAS EL FUTURO?
Quiero imaginar un futuro donde mis primos y sobrinos puedan maravillarse de la blanca nieve que cubre a los nevados Qolqepunku y Sinakara; tal como lo hicieron nuestros abuelos cuando les tocó bailar para los Apus y el Señor de Qoyllurit’i.
Imagino un futuro donde los líderes prioricen la vida sobre los negocios, la supervivencia de la Tierra sobre la explotación y la preservación de los ecosistemas que sostienen nuestras comunidades y tradiciones.
Creo que estos sueños son alcanzables a través de negociaciones efectivas y la colaboración entre todos los sectores, lo que permitirá aumentar la ambición de nuestros objetivos climáticos. Espero que esto impulse la acción liderada por jóvenes y comunidades del sur global para construir juntos un futuro sostenible y justo.
POR ÚLTIMO CUÉNTANOS ¿QUÉ TE GUSTA HACER CON TU TIEMPO LIBRE?
Soy danzante en la Peregrinación de Qoyllurit’i, el mayor peregrinaje indígena de los Andes, que se celebra en Ocongate, Cusco, a 5,000 metros de altitud. Durante tres días, rendimos tributo al Señor de Qoyllurit’i y a los Apus Qolqepunku y Sinakara.
En este lugar, fui testigo de los devastadores efectos de la desglaciación en los nevados Qolqepunku y Sinakara, que empeoran cada año, poniendo en peligro nuestras tradiciones. Esta experiencia me hizo comprender la urgencia del cambio climático y la importancia de reducir las emisiones de CO2 para proteger estos ecosistemas sagrados.