Radiografía NDC Chile

Tercera NDC de Chile

La tercera NDC de Chile fue elaborada por primera vez bajo el proceso establecido en la Ley Nº 21.455 Marco de Cambio Climático. Este se desarrolló mediante la plataforma del Ministerio del Medio Ambiente, con un expediente específico que aseguró la visibilidad de la información y habilitó la recepción de antecedentes y observaciones ciudadanas. 

El anteproyecto se nutrió de los aportes recogidos en la etapa de Participación Ciudadana Temprana, a través de tres talleres presenciales (junio-octubre 2024) y 18 talleres regionales, sectoriales y multiactor en línea. Posteriormente, se sometió a Consulta Pública durante 60 días hábiles, disponible en el Portal de Consultas Ciudadanas y en formato físico en dependencias del Ministerio. 

Gracias a este proceso, la calificación de Chile se ubica en un nivel “adecuado”, aunque persisten desafíos en el uso de lenguajes y formatos más accesibles, conforme al Acuerdo de Escazú. También se observan dificultades en la trazabilidad de los impactos reales del proceso participativo en el resultado final de la NDC. 

CALIFICACIÓN: INSUFICIENTE

Si bien Chile se comprometió a la carbono neutralidad al 2050, el presupuesto de emisiones de su tercera NDC sigue siendo insuficiente. Establece un límite de 1.100 MtCO2eq entre 2020-2030, con peak en 2025 y 95 MtCO2eq en 2030; además, fija 480 MtCO2eq para 2031-2035 y 91 MtCO2eq en 2035. Sin embargo, estas reducciones son demasiado lentas para alinear al país con la trayectoría de 1,5ºC a la que se ha comprometido. 

Complementariamente, la NDC incluye metas relevantes como alcanzar al menos 80% de la energía eléctrica generada a partir de fuentes renovables al 2030, reducir el 20% de la intensidad energética al 2030 –incorporando tangencialmente las metas del Balance Global–, y el establecimiento de Planes Sectoriales de Mitigación. No obstante, la mayor falencia de la NDC de Chile se refiere a la ausencia de un compromiso claro relativo a trascender fuera de los combustibles fósiles lo antes posible y la ausencia de una hoja de ruta robusta para sectores intensivos en emisiones hacia 2040-2050. 

CALIFICACIÓN: ACEPTABLE

Chile avanza con un marco normativo consolidado bajo la Ley Marco de Cambio Climático, el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2025-2028 y sus 12 Planes Sectoriales de Adaptación (salud, agua, biodiversidad, entre otros). Así, gran parte de sus compromisos se basan en la implementación de estos instrumentos ya mandatados por la Ley Marco, así como se incluyen medidas enfocadas en la creación de indicadores y plataformas de seguimiento, quedando al debe en compromisos concretos para evitar la maladaptación. 

Aún así, la NDC aborda ejes importantes para la adaptación del país como el sector hídrico, la salud, la infraestructura resiliente, Soluciones basadas en la Naturaleza y el sector agropecuario, sentando las bases para fortalecer la resiliencia del país frente a los impactos climáticos. Aunque los resultados dependen de los recursos y capacidades subnacionales que siguen siendo una brecha.

CALIFICACIÓN: ADECUADA

La NDC de Chile incorpora un Plan de Transición Socioecológica Justa vinculado a la Estrategia Nacional recién publicada, que aborda compromisos de diálogo social, reconversión laboral y protección de empleos para los territorios en transición. Gran parte de las medidas en este eje se basan en la implementación de instrumentos de planificación ya elaborados, la incorporación de esta perspectiva en planes comunales y la implementación de metodologías para abordar impactos laborales. 

Si bien en la narrativa trasciende la perspectiva de la transición exclusivamente energética carece de compromisos concretos en sectores más allá del energético, como la agricultura y otros sectores en transición, lo que limita la amplitud y efectividad de la transición justa. A su vez, su implementación depende del financiamiento y de una articulación intersectorial compleja. 

CALIFICACIÓN: NEGLIGENTE

Chile se centra en la actualización de la Estrategia Financiera frente al Cambio Climático, con compromisos hasta 2035 para fortalecer capacidades, transferencia tecnológica y coordinación público-privada. No obstante, los detalles sobre los recursos necesarios, el costo de las medidas y los mecanismos de financiamiento se encuentran ausentes, lo que supone un desafío considerable para su implementación. A su vez, el diseño sigue centrado en instrumentos futuros, con plazos lejanos y sin claridad sobre la movilización de recursos inmediatos. Ello se refleja en las brechas de adaptación: el costo del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2025-2028 supera las asignaciones fiscales disponibles, y lo mismo se repite para otros instrumentos; limitando la capacidad de ejecución y generando un rezago respecto a la urgencia climática.

CALIFICACIÓN: ACEPTABLE

La NDC de Chile cubra cinco de los ocho elementos clave identificados en el análisis. La transición energética incluye metas renovables pero no asegura el abandono de combustibles fósiles; las pérdidas y daños se abordan sólo como parte del inventario nacional de impactos del cambio climático en Chile; la reducción de Gases de Efecto Invernadero presenta presupuestos claros aunque no alineados con el 1,5ºC; el financiamiento de las acciones no se presenta claramente más allá de la implementación de la Estrategia. Aún así, existen compromisos claros del sector LULUCF que han sido incorporados al eje de “Integración” donde se integran medidas que simultáneamente trabajan en la mitigación y adaptación climática. 

En cuanto a los elementos discursivos también se observa la presencia de cinco de los ocho seleccionados. En este caso, se hace mención al balance global (GST) y la narrativa de 1,5ºC como referente y guía para el establecimiento de las metas de la NDC. A su vez, los temas de género de integran al Pilar Social junto con la Transición Socioecológica Justa. También se observan las sinergias clima-bio a través del eje de integración que integra medidas de mitigación y adaptación, especialmente abordando al sector LULUCF, biodiversidad y soluciones basadas en la naturaleza. Aún así, persisten vacíos discursivos respecto a los cambios en el sistema financiero, deuda y espacio fiscal, y las responsabilidades comunes pero diferenciadas (CBDR-RC). la transición energética justa ni a una narrativa alineada con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5°C.

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