Dieta planetaria, alternativa alimenticia responsable con el medio ambiente

Dieta planetaria, alternativa alimenticia responsable con el medio ambiente

Plato azul redondo con aguacate, legumbres, arroz, champiñones y judías.
La dieta planetaria o climatarian es un plan de alimentación en el cual los alimentos que consumimos no contribuyen al cambio climático, su producción es lo más ecológica posible y al mismo tiempo cuida la salud.

La dieta planetaria es un plan de alimentación basado en un sistema amigable con el planeta y con tu salud.

En 2019, investigadores de EAT-Lancet crearon la dieta planetaria, climariana o climatarian, luego de comprobar con numerosas investigaciones que el consumo desmedido de ciertos alimentos (exóticos, fuera de temporada o exportados de muy lejos) contribuyen a la explotación constante de recursos naturales que provocan el calentamiento global.

Hablamos de la dieta planetaria, un plan de alimentación en el cual los alimentos no contribuyen al cambio climático, su producción es lo más ecológica posible y al mismo tiempo cuida la salud de las personas.

De acuerdo con la ONU, disminuir la pérdida y el desperdicio de alimentos o pasarte a una dietas más sostenibles, podrían representar una reducción de 12.5 gigatoneladas de CO2, lo equivalente a sacar de las carreteras a 2,700 millones de autos.

Ante la crisis climática y alimentaria que enfrentamos, The Climate Reality Project América Latina toma postura sobre la importancia de cambiar nuestros hábitos y enfatiza que la acción climática conjunta es clave para el cuidado del medio ambiente. Asimismo, los gobiernos deben tomar medidas urgentes para impulsar la agricultura sostenible y evitar que el sector continúe degradando los ecosistemas de forma irreversible. 

¿En qué consiste la dieta planetaria?

La dieta planetaria toma en cuenta todo el proceso de los alimentos, desde la producción, procesamiento, energía, los productos deben ser locales y de temporada para evitar el transporte, el método de preparación de los alimentos no debe ser dañino para el medio ambiente y gestiona los residuos de forma responsable.

En este sentido, la dieta planetaria tiene como base el consumo de frutas, vegetales, semillas, legumbres e incluye alimentos de origen animal en porciones mínimas. Asimismo, propone que los alimentos se consuman crudos con la finalidad de ahorrar energía y no generar emisiones, de no ser posible, recomienda utilizar la olla exprés para reducir el tiempo de cocción de los alimentos.

Científicos de la Universidad de Stanford descubrieron que alrededor del 1.3% del gas utilizado en las estufas se liberaba como metano sin quemar, dicho gas tiene un efecto en el calentamiento global mucho mayor que el dióxido de carbono.

En la misma línea, los grupos de alimentos dentro de la dieta planetaria deben ser cuidadosos con el medio ambiente, por lo que evitar aquellos alimentos que hayan sido producidos con grandes cantidades de agua y tierra, o que requieran de un cuidado especial que degrade los ecosistemas o emita gases de efecto invernadero.

De acuerdo con un estudio realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Fondo Mundial para la Vida Silvestre, los sistemas alimentarios que combinan todos los elementos y actividades relacionadas con la producción, procesamiento, distribución, preparación y consumo de alimentos representan hasta el 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Por otra parte, existen varias problemáticas ambientales relacionadas con la producción y el consumo de alimentos, desde la agricultura intensiva, extracción de recursos naturales, energía, transporte y empaque, hasta el consumo desmedido que ocasiona el desperdicio de alimentos; estos factores contribuyen significativamente a la degradación de ecosistemas y al cambio climático.

Dieta planetaria: una alternativa para reducir nuestras emisiones

A través de la dieta planetaria, se busca crear mayor conciencia sobre los alimentos que consumimos y su impacto en el medio ambiente, se enfoca en evitar la agricultura intensiva –que degrada la tierra para ser utilizada para la siembra, además, del uso excesivo de fertilizantes químicos que dañan los ecosistemas, debilitan las plantas y matan a los polinizadores como las abejas y aves– y en reducir al máximo el desperdicio de alimentos. Se estima que los alimentos desperdiciados a nivel mundial representan 3,300 millones de toneladas métricas de emisiones anuales de dióxido de carbono y suponen la utilización de alrededor de 1,400 millones de hectáreas de tierra, lo que representa casi el 30% del área cubierta por tierras agrícolas en el mundo.

Datos de Oxfam aseguran que la agricultura es el sector que más emisiones de gases de efecto invernadero produce, alcanzando un 14% de las emisiones totales globales. La explotación de los recursos naturales ocasiona que la agricultura sea una actividad insostenible que daña al medio ambiente, genera pérdidas ecosistémicas irreversibles, genera contaminación y acelera el cambio climático.

Tenemos las soluciones a la mano, implementar hábitos de alimentación y consumo responsable con el medio ambiente, impulsar la agricultura sostenible, adquirir únicamente los alimentos que vamos a consumir, planear tus compras, adquirir productos a granel que no contengan envolturas y empaques, son algunas alternativas para mitigar los efectos del cambio climático y evitar el desperdicio de alimento. Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente asegura que las dietas sostenibles, así como evitar el desperdicio de alimentos pueden ayudar a los gobiernos a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a mejorar sus planes de acción climática hasta un 25%.

Para conocer más sobre consumo responsable, cambio climático así como sus posibles soluciones, solicita una plática gratuita en @ClimateLatino en Facebook, Twitter o Instagram.