Desde hace algunas semanas el hashtag #NoEsCalorEsDesmonte ha sido utilizado en redes sociales por ambientalistas y ciudadanos de Latinoamérica, para visibilizar los problemas que trae la falta de áreas verdes en las grandes ciudades.
La primera vez que se popularizó este término en redes sociales, ocurrió a principios de año en Argentina, luego de que Buenos Aires viviera una ola de calor sin precedentes.
Perú, Bolivia, Colombia y México experimentaron este mismo fenómeno, lo que propició que se originara un interesante debate en redes sociales: necesitamos ciudades verdes.
¿Por qué las olas de calor se intensifican en las grandes urbes?
Crear ciudades verdes es indispensable, pero también es una medida de adaptación y mitigación contra el cambio climático, esto porque en las zonas urbanas, las olas de calor se intensifican por un efecto conocido como “isla de calor”: en donde el asfalto y la cercanía que existe entre una construcción y otra, propician que las temperaturas aumenten hasta 12 ºC respecto a las zonas rurales que rodean a estas grandes metrópolis.
Los árboles y áreas verdes, funcionan como reguladores del clima. Sin ellos el concreto y las construcciones absorben y vuelven a emitir el calor, aumentando la temperatura.
De acuerdo con CENAPRED las olas de calor, son más frecuentes en las ciudades, en gran parte, por la deforestación y la contaminación.
Las olas de calor afectan la salud de la población. De hecho, de mayo a julio cuando el calor se intensifica en Centro América, son responsables de enfermedades y síntomas como: insolación, desmayos, golpes de calor, deshidratación, enfermedades diarreicas agudas y enfermedades en la piel.

Mantener lo verde: el gran desafío de las ciudades verdes
El mayor reto es mantener lo verde a pesar de que las grandes ciudades se expandan y regenerar el espacio público.
Debemos trabajar en conjunto empresas, gobierno y sociedad civil para planear, desde un inicio ciudades verdes y no arrasar con árboles y biodiversidad local, para después intentar incluir lo verde.
Para ello necesitamos empresarios y funcionarios que trabajen por el bien común, el medio ambiente y el planeta, pero también ciudadanos involucrados que vigilen cada toma de decisión.

Llamado a la acción frente al desmonte
¡Podemos resolverlo! Las grandes ciudades pueden mitigar las olas de calor recurriendo a la “refrigeración pasiva”, es decir el enverdecimiento urbano.
¿Cómo? Propiciando construcciones que favorezcan la generación de sombras, construyendo calles con pavimento reflectante, aumentando las áreas arbóreas, instalando techos verdes y envolventes en edificios y participando o vigilando que las autoridades de nuestra ciudades opten por diseños urbanos que respeten y mantengan lo verde que ya existe en nuestras ciudades.
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